Después de la Guerra Civil Española se retoma la construcción del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, que lentamente continúa levantándose. Entre 1939 y 1940, el arquitecto Francesc de Paula Quintana i Vidal, colaborador de Gaudí desde 1919, restaura la cripta incendiada y recompone muchas de las maquetas dañadas, que sirven como modelos para continuar la construcción según la idea original de Gaudí.
Después son directores Isidre Puig-Boada y Lluís Bonet i Garí, también colaboradores de Gaudí y personas que conocieron al maestro y que hasta el año 1983 dirigieron la obra. Posteriormente fueron directores Francesc de Paula Cardoner i Blanch, Jordi Bonet i Armengol y Jordi Faulí i Oller, que ocupa el cargo actualmente, desde 2012.
En 1952 se celebra en Barcelona el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, motivo por el cual se celebran varios actos en el templo. Aquel mismo año se construye la escalinata del Nacimiento y se ilumina por primera vez la fachada, iluminación que en 1964 será permanente por voluntad del Ayuntamiento de Barcelona.
Los trabajos continúan con vigor en 1954; se empiezan los cimientos para construir la fachada de la Pasión, en base a los múltiples estudios realizados por Gaudí entre 1892 y 1917. Después de los cimientos, se construye la cripta, donde en 1961 se instala un museo para explicar a los visitantes los aspectos históricos, técnicos, artísticos y simbólicos del templo. Esta fachada verá levantados los cuatro terminales de sus campanarios en 1976.
Una fecha importante es 1955, cuando se lleva a cabo la primera «colecta», dedicada a recaudar fundos para pagar las obras, iniciativa que se mantendrá en los años siguientes, hasta hoy, como una forma participativa de la sociedad en la construcción del templo.
Muchos escultores han dejado su impronta en la fachada del Nacimiento. El 19 de marzo de 1958, festividad de San José, se coloca el conjunto escultórico que representa la Sagrada Familia, realizado por Jaume Busquets.
Desde 1986, el escultor Josep Maria Subirachs es el encargado de llevar a cabo la obra escultórica en la fachada de la Pasión, que fue ejecutando según su estilo personal a lo largo de veinte años.